UN
INSTANTE QUE ALETEA
La vida contenida en un verso, pareciese ser la
frase que funda el libro de Gustavo Villamizar; fragmentos, imágenes, trozos o
prospectos de poemas surgen a cada página, pero al condensar el lenguaje, al
apostarle a la brevedad, Gustavo nos deja el hueso de la poesía, lo esencial en
unas pocas palabras que van marcando el día a día, entre anhelos y decepciones
que son eternizados a través de las palabras.
Afuera el tiempo vela
óxido de ausencias.
Sobre mi nombre el viento mece su
jaula es un tratado sobre
la brevedad, donde el ritmo de la vida actual se ve detenido, para que a través
de cada poema la vida fluya, aquello que sucede y merece ser congelado, pueda
ser recordado, como una instantánea de un suceso que por cotidiano es efímero,
pero que merece ser eterno.
La
muerte es de instantes
en
ellos flamea el corazón de la sombra.
El libro no es un diálogo con el haiku, los
aforismos u otras formas de escritura breve, lo que Gustavo Villamizar busca es
despojar el poema de su vestido, dejando a la vista solo la imagen, un instante
que aletea, que queda tatuado en el lector para detener el tiempo, para bajarle
el vertiginoso ritmo a la existencia y hacer que la belleza habite en cada
lector que es atravesado por las palabras.
Terca es la memoria
que no olvida
esta ausencia es un
vicio en forma de vacío.
En este sentido el libro es un monologo de
silencios, una ausencia que ha cada poema se hace herida, pero que a la vez, se
hace cura, salvación; dolor y bienestar se unen para hacer del poema, el lugar
donde la vida acontece.
Saúl Gómez Mantilla
5.
El hombre de la noche devora sus nombres
encima de sus migas algo llora en el aire.
6.
Bajo mi nombre, bajo mi cuerpo
estoy Yo.
7.
La muerte es de instantes
en ellos flamea el corazón de la sombra.
21.
La noche habla de extravío
en su extraño laberinto.
22.
Aférrame a tu voz
sólo así sabré que el vacío en mí lleva cuerpo.
23.
Ante los pájaros de la noche
los espejos
abrigan voces suplicantes.
39.
Ante mis ojos llueve
el silencio
de las jaulas.
40.
El minotauro
en su laberinto
extravía su memoria.
41.
Que bien me hace
este intento de siempre
el vacío
no es suficiente para quedarme.